Los efectos del COVID-19 en el sector inmobiliario

La llegada de un nuevo Coronavirus desencadenó una pandemia que inevitablemente afectó la economía mundial. La aparición y propagación del COVID-19 provocó repercusiones importantes en el mercado global; el sector inmobiliario sufrió un golpe fuerte ante esta situación: una demora en cuanto a la compra y renta de inmuebles. El miedo al contagio creó una paranoia que ha frenado el avance de estas transacciones: los propietarios no quieren dar acceso a contratistas o posibles clientes, compradores/arrendatarios; y, los planes de mudanza se han pospuesto o, en algunos casos, cancelado. Sin estos accesos y con la cancelación de muchos planes ya casi consumados, las posibilidades de vender o rentar disminuyen. Frente a la situación actual, muchas empresas han optado por una forma de trabajo remota. La compra-venta e incluso renta de los espacios de oficina se verá fuertemente afectada por la implementación del home office. Según la organización China Merchants Securities Co., durante el primer trimestre hubo una caída del 90% en las transacciones inmobiliarias del país, mismas que se han ido recuperando.

La Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI) señaló que a pesar del freno en el crecimiento inmobiliario del 2019, provocado por la desaceleración económica de nuestro país, el pronóstico para el 2020 era un crecimiento del 4%; mismo que se vio afectado por la incertidumbre ante la pandemia. Esta caída es sólo un aplazamiento, se anticipó un periodo difícil durante la primera mitad del año y se espera una recuperación importante durante la segunda mitad; cuando la situación esté más controlada.